La Mochila Invisible

Nuestra intención no es dar publicidad a un libro u otro, pues cada uno nos ayuda en una situación concreta o nos influye de tal o cual manera dependiendo del momento en el que nos encontremos. Pero cierto es que, actualmente, está funcionando en clase.

Para trabajar las emociones tenemos nuestra maravillosa "mochila invisible", Idea extraída del libro "De mayor quiero ser... feliz" en uno de los "seis cuentos cortos para potenciar la positividad y autoestima en los niños". 

Este libro, escrito por Anna Morató García e ilustrado por Eva Rami, habla, en uno de sus cuentos, de que todos y todas llevamos a nuestras espaldas una mochila invisible que se llena de palabras invisibles, pero no por ello carentes de poder. Las palabras positivas se transforman en burbujas que nos hacen sentir ligeros y livianos, mientras que las palabras negativas son piedras que nos pesan y cargan. 

Está en nuestras manos decidir qué palabras meter en la mochila y el cuento aporta algunas claves que, con práctica, nos ayudarán a gestionar dichas emociones para no acabar con lesiones lumbares. ;-P Estas estrategias se apoyan fundamentalmente en el diálogo entre iguales, así como con adultos, para solucionar los problemas. Otra opción que nos aporta se resume con la frase: "a palabras necias, oídos sordos", mostrando la importancia también de entender que todo no puede afectarnos y, en ocasiones, debemos dejarlo ir. Está en cada niño y cada niña elegir la estrategia que mejor le venga.

Cuando hablamos sobre lo que nos preocupa, esas piedras tan pesadas, se convierten en burbujas deseosas de surcar los cielos y las palabras que antaño nos hirieron son un mal recuerdo.

Si aún no lo habéis leído y puesto en práctica, os lo recomendamos. Está escrito en un lenguaje sencillo y apropiado para trabajarlo con las y los más pequeños.

Aquí os dejamos nuestro panel de mochilas invisibles donde cada día exponemos delante de la clase qué o quién nos ha hecho sentir de una manera en concreto y, entre todas y todos, intentamos solucionar o alabar dicha conducta.

Un besazo.