Final del curso.

Es tremendo cuando llega el final. El final de una serie, el final de un buen libro, el final de una comida excelente o de un delicioso postre. Pero, desde luego, nada comparable con el final de un curso.

Este año ha sido sorprendente. Ver cómo unos bichitos de unos cinco y seis años se han convertido en pequeñas personas con criterio, juicio, pensamiento propio y cabeza. 

No olvido que siguen siendo niños y niñas, pero han crecido mucho.

Por ello, nada mejor que dejarles aquí un pequeño recordatorio de por lo que han pasado y cómo han evolucionado hasta hoy.

Perdonadme si me falta algo, si no es de vuestro agrado o si repito en alguna ocasión, pero la vida, ya no me daba para más y las tecnologías y yo hemos ido aprendiendo a la par.

Millones de gracias por un curso tan fructífero, recorfortante y provechoso como el que llega a su fin.

Besazos para estas familias campeonas que han ayudado a que todo lo que aquí veremos, haya sido posible.